El siguiente texto es una narración cual fin es el de transmitir un momento, una sensación, una alteración en la creación divina.
Mathos camina, siempre.
Al caminar Mathos piensa y siente.
Al caminar Mathos piensa y siente.
Muchos recuerdos, me atrevo a decir infinitos, son los que Mathos tiene en su mente caminante.
Un sitio grande de techos altos y paredes anchas, donde el frió se siente en las pestañas.
Introduzco en la mente de Mathos y puedo ver su recuerdo. Puedo sentir el vació, donde solo el esta parado, sintiendo la inmensidad del aire.
Es entonces cuando ocurre un hecho que lo cambia todo.
Enfrente a Mathos aparece un niño de baja estatura y mirada profunda.
Mathos ya no esta solo, su inmensidad tiene un fin y por ende un principio.
Enfrente a Mathos aparece un niño de baja estatura y mirada profunda.
Mathos ya no esta solo, su inmensidad tiene un fin y por ende un principio.
La mirada de Mathos se cruza con la del Niño y es entonces cuando los dos se empiezan a entrelazar.
Paso a paso sus miradas están cada vez mas apretadas, paso a paso, instante a instante, sus pensamientos se van sintonizando.
Paso a paso sus miradas están cada vez mas apretadas, paso a paso, instante a instante, sus pensamientos se van sintonizando.
Es entonces, cuando llegan al punto exacto donde sus cabezas se tocan.
Por unos segundos cada uno se transporta al interior del otro.
Por unas milesimas su conexion es infinita.
Por unos segundos cada uno se transporta al interior del otro.
Por unas milesimas su conexion es infinita.
Atravesando paredes, cada cual vuelve a su lugar.
El niño se da vuelta y se va.
Mathos sonríe, compartió su inmensidad.
El niño se da vuelta y se va.
Mathos sonríe, compartió su inmensidad.
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